Cómo puede ayudarnos San Ignacio a ver a Dios en medio del ruido y las interrupciones de este año pandémico
Estaba acomodándome en el sofá con mi café para reflexionar sobre un pasaje del Evangelio cuando escuché: “Mami, ¿puedo tomar un poco más de leche?”. Ni bien termino de sentarme, otra vocecita interviene, ansiosa por mostrarme su progreso en un juego. Esta es la hora santa ruidosa, salpicada de risas y de la banda sonora de dibujos animados. Esta hora es la mejor de mi día.