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Joe Lagan: Ayudar a que los Ejercicios Espirituales estén al alcance de todos

Por Jerry Duggan

Joe Lagan
Joe Lagan

Como director del Programa de Espiritualidad Ignaciana de Denver, Joe Lagan centra su energía en poner los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola al alcance de todos.

Arribó a lo que se ha convertido en una pasión de toda la vida mientras completaba su maestría en Divinidad en la Escuela de Teología y Ministerio del Boston College.

“Asistí al Providence College, que es dominico, no jesuita, y fui voluntario con los dominicos después de graduarme, así que la Espiritualidad Ignaciana era algo totalmente nuevo para mí”, explica. “Enseguida me llamó la atención cómo hacía accesible a Dios en la vida cotidiana”.

Después de terminar su carrera, Lagan trabajó en la Universidad de Marquette como ministro del campus, entre otras labores, antes de trasladarse en 2004 a Denver con su mujer y sus hijos.

Durante ese tiempo, enseñó teología en el High School Jesuita Regis en los suburbios de Aurora, Colorado; también presidió el departamento e impartió una asignatura optativa de teología en el último año acerca de Espiritualidad Ignaciana. Esto encendió aún más su pasión.

Al mismo tiempo, se estaba formando un programa de Espiritualidad Ignaciana al otro lado de la ciudad. En la Parroquia de San Ignacio de Loyola, el P. Steve Yavorsky, SJ, fundó el Programa de Espiritualidad Ignaciana (ISP, por sus siglas en inglés) de Denver en 2004.

El ISP sigue afiliado a su parroquia fundadora, pero desde entonces ha abierto sus puertas a todo el mundo, atrayendo a un grupo especialmente numeroso de los apostolados educativos jesuitas de la zona: Regis University, Regis Jesuit High y Arrupe Jesuit High School.

La pasión personal de Lagan por la Espiritualidad Ignaciana creció con el tiempo.

“Aunque estudié y enseñé la Espiritualidad Ignaciana, no fue hasta que hice los Ejercicios Espirituales yo mismo y experimenté la invitación de Cristo a servir que comprendí más plenamente la transformación que Dios ofrece”.

Lagan apreció especialmente cómo la Espiritualidad Ignaciana conectaba a los demás con Cristo y no pensó en una mejor manera de familiarizarse con ella que experimentarla él mismo. Hizo los Ejercicios Espirituales por primera vez en 2017.

“Pasé por los Ejercicios y me pareció tan gratificante que dejé la puerta abierta para dirigir algún día a otros, con la esperanza de impartirles tanto amor de Cristo como me fue impartido a mí”, sostiene.

En 2018, cuando se abrió el puesto de director en el Programa de Espiritualidad Ignaciana, Lagan no pudo dejar pasar la oportunidad.

“Habiendo tenido una experiencia tan gratificante con la Espiritualidad Ignaciana, me pareció un sueño esta oportunidad para, en este punto de mi carrera, dedicarme a compartir esa misma Espiritualidad con otros”, expresa.

Lagan pasa sus días en muchas tareas administrativas -además de ofrecer la dirección espiritual, el programa también dirige días y tardes de oración, retiros y forma a antiguos participantes para que se conviertan en directores espirituales. Sin embargo, encuentra tiempo para recordar el propósito más importante.

“Estoy aquí para ayudar a la gente a acercarse a Dios, porque eso es lo que los Ejercicios hicieron por mí”, explica. “Así que trato de mantener la mentalidad de que todo lo que hago -papelería, llamadas telefónicas y demás- en última instancia dan impulso a esa misión”.

Alrededor de 15 directores espirituales son los responsables del programa, guiando a unas 60 personas a través de la dirección espiritual mensual y proporcionando orientación espiritual a muchos otros que asisten a los días o tardes de oración y a los retiros.

“Algunos de los que hacen los Ejercicios Espirituales con nosotros experimentan una llamada a formarse como directores espirituales y vuelven a formarse con nosotros”, señala Lagan.

Él hace hincapié en la accesibilidad, lo mismo que le atrajo en un principio.

“La gente puede sentirse intimidada a la hora de realizar los Ejercicios Espirituales, pensando que no están ‘calificados’ o que no tienen suficientes conocimientos teológicos – ciertamente me sentí así en un momento dado”, recuerda. “La verdad es que estamos aquí para todos: servimos tanto a los no católicos como a los católicos, y subrayamos que acceder a Dios -dondequiera que estés en esa relación con Él- es nuestro objetivo final”.