Por MegAnne Liebsch
20 de septiembre de 2019 — Organizando huelgas en protesta, manteniendo las luces del salón de clase apagadas, usando botellas de agua reusables y escribiendo cartas a sus representantes estatales; estas son algunas de las formas en que las escuelas y organizaciones jesuitas se unieron hoy a la huelga mundial por el clima.
El movimiento, liderado por jóvenes y estudiantes de todo el mundo, reclama a los gobiernos internacionales que tomen medidas decisivas para abordar el cambio climático y cuidar “nuestro hogar común”. Para los estudiantes en escuelas y universidades jesuitas en los Estados Unidos y Canadá, la huelga fue una oportunidad de vivir las enseñanzas sobre el medioambiente de la Laudato Si’ del Papa Francisco y las Preferencias Apostólicas Universales de la Compañía de Jesús.
Unidos por su pasión por la justicia ambiental, los manifestantes por el clima exigieron que los gobiernos aborden el cambio climático reduciendo las emisiones de carbono y la dependencia de combustibles fósiles y fomentando la innovación científica. La líder no oficial del movimiento, activista climática de 16 años de edad, comenzó a manifestarse en la escuela todos los viernes, exigiendo que las personas en el poder tomaran medidas contra el cambio climático. El 20 de septiembre marcó un día mundial de huelgas en escuelas y lugares de trabajo, reclamando a los líderes mundiales que posibiliten un futuro mejor a las generaciones más jóvenes.
Para las organizaciones ignacianas en los Estados Unidos y Canadá, el día estuvo marcado por la oración y las protestas en distintas formas.
En Washington, D.C., los estudiantes de escuelas católicas locales se unieron en oración en la iglesia católica de St. Patrick antes de marchar en la protesta por toda la ciudad. Uno de los líderes del evento y estudiante del Gonzaga College High School, Benjamin Campion, le dijo a Jesse Remedios del National Catholic Reporter: “Mi mensaje a los adultos acerca del cambio climático es: “Escuchen a sus hijos. Los aman, se preocupan por ellos y su futuro está en juego”. Instó a los adultos a tomar medidas desvinculándose de los combustibles fósiles, votando y hablando con sus líderes en el congreso.
En el Colegio de la Santa Cruz en Worcester, Massachusetts, los estudiantes activistas se congregaron en las escaleras de la biblioteca antes de marchar hacia su ayuntamiento para protestar con otros estudiantes locales. Mientras tanto, los estudiantes de la Universidad de Loyola tomaron las calles de Chicago.
En solidaridad con las protestas, estudiantes y profesores de la Escuela Preparatoria San Pedro en Jersey City llevaron a cabo un apagón voluntario, manteniendo las luces de su salón de clases apagadas para conservar energía. Asimismo, en la Escuela Preparatoria Jesuita Brebeuf en Indianápolis, los estudiantes promovieron la conservación de recursos utilizando botellas de agua reusables y organizando una campaña de redacción de cartas para presionar a los representantes estatales para que tomen medidas sobre el cambio climático.
Los estudiantes de la Preparatoria Jesuita Brebeuf escribieron a sus representantes estatales para instarles a actuar acerca del cambio climático y promovieron el uso de botellas de agua reusables como parte de la Huelga Mundial por el Clima.
Exigiendo cambios como parte de la huelga mundial del 20 de septiembre, el Foro Jesuita para la Fe y la Justicia Social en Canadá se unieron a los asociados y estudiantes en la Huelga de Ottawa por el Clima. En un impactante discurso, un estudiante describió cómo el aire, el agua y la tierra “están muriendo”.
Una semana después, el 27 de septiembre, hermanos y hermanas de la familia ignaciana canadiense salieron de nuevo a las calles, mientras Thunberg y activistas indígenas dirigían la huelga por el clima desde Montreal el viernes 27 de septiembre. Se estima que unas 500.000 personas protestaron en la ciudad, incluido el personal provincial jesuita, el Servicio jesuita de refugiados de Canadá y el Centro Justicia y Fe afiliado a los jesuitas. En Toronto, el Equipo Internacional de Jesuitas Canadienses, entre otros, marchó para abogar por la protección de la selva amazónica.
Aunque estuvo organizada e inspirada por los estudiantes, muchos adultos de la familia ignaciana fueron llamados a apoyar la huelga en solidaridad. Los jesuitas ofrecieron sus oraciones y aliento en las redes sociales a la juventud participante en este día de acción, como el cardenal designado Michael Czerny, SJ, y el Hermano Ken Homan, SJ, que expresó su gratitud por los manifestantes y recalcó la amenaza que el cambio climático representa para el mundo.
Para obtener más información sobre la participación ignaciana en la Huelga Mundial por el Clima, visite la Red de solidadridad ignaciana. Para involucrarse, únase a su Carbon Challenge (Reto de emisiones de carbono).