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Story

Por Jerry Duggan

P. Ian Gibbons, SJ
P. Ian Gibbons, SJ

Cando entran en el noviciado, muchos jesuitas tienen ideas sobre el ministerio para el que se sienten más aptos. Para algunos, la atracción hacia un ministerio concreto es una cuestión de corazón. Otros ya tienen títulos académicos en un campo particular, por lo que parece lógico aplicar su experiencia en el contexto de su vocación jesuita. El Padre Ian Gibbons, SJ, pensaba de la misma manera.

Habiendo completado ya una licenciatura en Economía y un máster en Administración de Empresas en la Southern Illinois University-Edwardsville, pensó que tenía sentido aplicar esa formación en su vocación jesuita. Supuso que se le asignaría un papel que aprovechara su formación académica.

«Tenía una formación empresarial, así que imaginé que la pondría en práctica en mi ministerio como jesuita», recordó.

A eso se dirigía hasta que el P. Gibbons llegó a la etapa de su formación conocida como magisterio. Un maestrillo suele pasar de 2 a 3 años en un apostolado jesuita, normalmente en una escuela o universidad, a menudo como profesor, pero a veces en otras funciones.

Para su magisterio, el P. Gibbons fue asignado al Jesuita Regis High School en Aurora, Colorado. Este destino lo cambió todo para él.

«Antes de mi magisterio, nunca tuve ningún interés en ser educador», dijo. «Si no me hubiera hecho jesuita, la educación no era algo que estuviera en mi radar en lo absoluto. Siempre me habían atraído los negocios, las finanzas, la economía y cosas por el estilo».

Después de su magisterio, el P. Gibbons completó sus estudios de teología y fue ordenado sacerdote. Durante este tiempo, se encontró satisfecho con su vocación jesuita, pero anhelaba volver al ámbito de la educación secundaria.

«Yo era lo que llaman un ‘viudo del magisterio’”, explicó. «Hay muchos jesuitas que disfrutan tanto de su magisterio que, una vez terminado, anhelan volver a ello. Eso no quiere decir que no disfrutemos de otros aspectos de nuestra vocación, sino que tuvimos una gran experiencia como maestrillos».

Los jesuitas hacen un voto de obediencia, y el P. Gibbons estaba preparado para ir donde el provincial considerara que era necesario para el ministerio activo, pero él sabía en qué lugar estaba su corazón.

«Encontré un hogar como educador de secundaria», indicó. «Siento que trabajar en este campo, como jesuita, es el lugar al que estoy destinado».

En su ministerio activo, el P. Gibbons ha sido asignado a varias funciones en la educación secundaria jesuita. Ha sido promovido una y otra vez, lo que demuestra su pasión y experiencia en esta línea de trabajo.

A una asignación de seis años como director de la pastoral en el Rockhurst High School le siguió un año de prácticas como asistente especial del presidente en la Preparatoria del College Jesuita Strake de Houston.

Luego vino una estancia de tres años como subdirector en el Regis High School en la ciudad de Nueva York. Desde julio de 2017, el P. Gibbons ha servido como director de la Escuela Secundaria de la Universidad de San Luis.

El padre Gibbons (segundo por la derecha) con un grupo de estudiantes del Regis High School de Nueva York.
El padre Gibbons (segundo por la derecha) con un grupo de estudiantes del Regis High School de Nueva York.

Cada asignación sucesiva ha traído una mayor responsabilidad y, para el P. Gibbons, cada una arribó acompañada de un conjunto similar de gracias.

«Los años de la escuela secundaria son un momento muy importante en el desarrollo de un joven», explicó. «Como educador jesuita, estoy llamado a ayudar a formar a los jóvenes para una vida de servicio a Dios y a la humanidad. Para mí, no hay trabajo más crucial que ese».

El Padre Gibbons se ha sentido profundamente conmovido por los que ha encontrado en su ministerio de educación.

«En un entorno de escuela secundaria, es bastante fácil ver a Dios trabajando en nuestros estudiantes», expresó. «Poder ver a estos jóvenes crecer y madurar mientras están en el tránsito de convertirse en adultos, padres y líderes ha sido un regalo increíble para mí».

El padre Gibbons profesó los votos perpetuos en otoño de 2020 ante la comunidad socialmente distanciada del High School de la Universidad de San Luis y varios miembros de su familia. Aunque la pandemia impidió que el día fuera lo que él esperaba, le pareció una experiencia maravillosa.

«Poder celebrar la misa en el campus ante la comunidad escolar fue una gracia inmensa», contó. «Tengo la bendición de poder dirigir a la comunidad, así que el hecho de que estuviera allí para apoyarme junto a mi familia, me suscitó una gran alegría».

El padre Gibbons profesa los votos perpetuos en el campus de la escuela secundaria de la Universidad de San Luis ante el Padre Provincial Thomas P. Greene, SJ.
El padre Gibbons profesa los votos perpetuos en el campus de la escuela secundaria de la Universidad de San Luis ante el Padre Provincial Thomas P. Greene, SJ.
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